viernes, 30 de septiembre de 2011

"Subió a la azotea para mirar el cielo por si veia una estrella fugaz. Clavó sus ojos en el firmamento y así dejo pasar el tiempo. No había suerte, las estrellas tiritaban azules a lo lejos, pero todo parecía inmóvil. En un momento se desligó del embrujo de la noche y desvió sus ojos al reloj: las dos y veinte.
En ese mismo instante la anhelada estrella fugaz surcó la bóveda celestial sin ser vista.Así es la vida, la casualidad nos regala o nos hurta la fortuna; ajenas a nuestra voluntad, las cosas pasan.Eso es la oportunidad, un enigma al que llamamos casualidad cuando no hay intención de por medio y acierto, cuando si lo hay."

Pilar Varela.

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