Desde ayer tengo ganas de oír su voz, de coger el teléfono y llamarle para que me diga cómo se encuentra y saber que está bien. Pero, no lo hago. No lo hago porque sé que no tengo que hacerlo, que acabaremos diciéndonos cosas que no queremos y ya no quiero que eso vuelva a pasar. Quiero llamarle, pero cuando esté preparada para escucharle y que el corazón no se me salga del cuerpo, cuando pueda tratarle como un simple amigo y pueda contarme sus cosas y no me preocupe como si de las mías se tratara.
Nunca he luchado tanto contra mí por no llamarle, siempre lo he hecho cuando me ha apetecido, no quería arrepentirme de no hacer lo que sintiera en cada momento, era el lema de mis días, pero ahora... es diferente, lucho por intentar verle como una persona más que ha pasado por mi vida y ha decidido no estar a mi lado. Le echo tanto de menos.
Pasado mañana tengo una prueba de superación, competir contra mi misma y, me gustaría que él supiera que estoy preparada para ello. Que hace dos años no fui capaz de hacerlo bien y que ahora puedo. Él sabe toda la verdad de hace dos años y si hoy supiera que me siento de segura de mí para superarla, se sentiría contento por mí. Sé que algún día se lo contaré.
Necesito que acabe el día ya, sólo quedan unas horas, pero llevo muchas intentando ocupar mi cabeza en otras cosas y eso que el ambiente me lo pone difícil... hay tantas canciones que me recuerdan a él...
Mañana.... será otro día....
"no vivas acá pensando en que lindo era allá" Jorge Bucay
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